viernes, 10 de diciembre de 2010

EL ARBOLITO DE LA DISCORDIA

 Como era sabido, terminé comprando un arbolito y un par de huevadas para adornarlo en un bazar de mierda sobre Cabildo, a diferencia de mis previos planes, los cuales incluían un budita comprado en el barrio chino, con un gorrito de papá noel en la cabeza.
 Todavía no lo armé, tengo que comprarme un triple o algo para poder poner las luces si no, no tiene gracia.
 Lo interesante fue la compra, acompañada de una muy estimada compañera de trabajo, de 30 años, adepta - como yo - a sujetos que viven haciendo pendejadas.
NO ESTUVO BUENO ya que el pibito se la pasó a los gritos y rumiando cosas como "acá tenés dos pelotas para el arbolito" mientras su novia elegía entre bolas rojas con brillos blancos y bolas blancas con brillos rojos dudando todo el tiempo:
-aay Dani, vos qué decís? estas son re liiindas... pero éstas son un poquito más grandes...
-no sé Poni, a mí no me gustan. Prefiero estas... cosas (otras sin tanto aspecto cabeza)
-Ay pero es que hay que poner desde arriba hasta abajo, en degradee Dani entendés?? :) las más chiquitas arriba.. y las otras, ves?
-se Poni. ¬¬
-Ay me muero éstas!! son re tiernas... no te gustan?
-Yo ya elegí ¬¬
-Ah bueno! :)
-(novio) vámonos a la mierda. Dale, dale. Dale!



Las dos horas siguientes en el auto, no fueron mejores. El pendejo gritaba a todos, amenazándolos, hablando de un ex – amigo que según él en “una lluvia de conchas se ataja con un paraguas”, alegando que “si ve una chota pone el culo” y otros comentarios de la misma índole.
  Mientras tanto, en un semáforo le compró a Poni un ramo de flores blancas envuelto en un papel verde, nunca entendí el gesto, después de todos los gritos y puteadas… ella igual parecía muy complacida con el tío. Yo, sentada atrás, pensaba en los borrachos golpeadores que regalan flores, o los pequeños delincuentes de Av. Trelles, que en el bondi gritan a todos para que le cedan el asiento a una mujer embarazada que cuando llega la hora de bajarse muere de pánico al ver que sus benefactores se bajan en la misma esquina.
 mmm… me quedo pensando, lo de las flores, en casi cualquier contexto, es un gesto ambiguo. Prefiero un no -  flores. Creo.

Listo llegué a casa. Tremendo dolor de cabeza y una bolsa blanca llena de árbol de plástico + adorno + luces, que no voy a juntar organizadamente hasta después del 12 del corriente.
Concluyo, tristemente, que por más pila que le ponga, las compras de mierda no se deben hacer con tipos. Salvo con papi, con él hubo veces que comprar era lo más divertido :)
A veces lo extraño, extraño las pedorradas. Aunque eran muy pocas a comparación… ok chau.